VISITA A PAMPLONA CONOCE SUS IGLESIAS Y CASONAS ANTIGUAS |
viernes, 7 de diciembre de 2012
sábado, 1 de diciembre de 2012
FUNDACION DE PAMPLONA
El territorio que hoy ocupa Pamplona fue explorado inicialmente por el capitán Ambrosio Alfinger, natural de Ausburgo (Alemania), en el año de 1532. Años más tarde una expedición al mando de Hernán Pérez de Quesada llego al valle de Tequia, al sur de la provincia de Pamplona. Esta expedición al igual que la anterior fue hostilizada por la población aborigen.
Ambrosio Alfinger tras sus recorridos desde Coro, el cabo de la vela y Valledupar, dice Rafael Bolívar Grimaldos “prosiguió su conquista hacia la región minera de Vetas. En la meseta de Caracoles, cerca a la Laguna de San Mateo en territorios actuales de Bucaramanga, existía el asentamiento Guane más numeroso de la región, con más de dos mil habitantes. El campamento de Cantabria de aquella época, construido en tierras no peligrosas y de clima favorable, se constituyó en el poblado que dio origen al municipio de Lebrija.
En 1531, después de algunos días de recuperación, quienes decidieron continuar, encontraron y saquearon las ricas minas indígenas de Vetas y sus alrededores. Luego empezaron a bajar a climas más benignos, siguiendo los márgenes del río Pamplona. Los naturales abandonaban sus caseríos y huían, otros les atacaban por diferentes partes y les hostilizaban sin cesar. Al llegar a las vegas y llanuras fértiles de Chinácota, indígenas más denodados que los que habían encontrado hasta entonces, le hicieron una resistencia imponente. El baquiano Esteban Martín resultó levemente herido y Alfinger con una flecha envenenada en la garganta cayó moribundo al suelo. Murió al tercer día y lo enterraron en un vecino valle que conserva el nombre de Míster Ambrosio.
Hay quienes creen que fue muerto por sus propios compañeros, que estaban hartos de sangre y de injusticias, y ambiciosos de repartirse el considerable botín que habían saqueado. Solo algunos pocos expedicionarios continuaron su marcha de regreso a Venezuela. Después de haber nombrado Capitán y guía a Esteban Martín.
No es descabellada la hipótesis de que el origen de abundantes indios rubios en territorios santandereanos se deba a los tres grupos de alemanes españolizados que abandonaron la expedición conquistadora de Ambrosio Alfinger. El primer grupo con el tesoro saqueado a los indios del bajo Magdalena, antes de iniciar el ascenso hacia la región minera de Vetas. El segundo grupo de quienes decidieron no proseguir con Alfinger y asentarse en el rancherío de Cantabria. Y el tercer grupo el de aquellos que después de asesinar a Ambrosio Alfinger se repartieron el botín de oro saqueado en la región minera de Vetas y nunca regresaron a Coro Venezuela”
En 1549 se llevó a cabo la expedición definitiva que culminó con la fundación de Pamplona el 1o de noviembre, por el capitán Pedro de Ursúa, quien junto con su compañero y sucesor Ortún Velasco de Velázquez, al mando de 136 soldados, se dirigió al valle de los indios Chitareros para conquistarlos, por orden del visitador regio Don Miguel Díaz de Armendáriz.
Según Aguado, Ortún Velasco salió hacia el mes de agosto con el empeño de conquistar y poblar la Sierra Nevada que está a la vista de la ciudad de Tunja. Casi inmediatamente fue la partida de Pedro de Ursúa, y los dos grupos expedicionarios se unieron bajo el comando de Ursúa, después de haber recorrido las tierras de Sogamoso y la provincia ocupada por los indios Laches.
"La expedición fundadora de Pamplona estuvo dividida en dos partes y salió de Tunja y Santa fe a principios del año de 1549. Sus jefes fueron los ilustres capitanes Ortún Velázquez de Velasco (sic), natural de la ciudad de Cuéllar, y Pedro de Ursúa, navarro. La comisión había sido dada a Velázquez quien era entonces vecino y encomendero de Tunja, pero cuando iba ya adelantado, el Gobernador Armendáriz dio nuevos poderes a su sobrino Ursúa. El experimentado Velázquez no tuvo reparo en ponerse bajo las banderas de Ursúa, y finalmente el día de todos los santos de 1549 fundaron a Pamplona, bautizada así en recuerdo de la capital de Navarra" ( ). En efecto, el capitán Pedro de Ursúa había nacido en el año de 1525 de Arizcun (Navarra) en el llamado Valle del Baztán y no lejos de Pamplona.
El sitio escogido por los conquistadores ibéricos para la fundación de la nueva ciudad fue el mismo donde hoy se encuentra la ciudad de Pamplona, un pequeño valle rodeado de altas colinas, al que denominaron del Espíritu Santo, asiento principal de los indios Chitareros.
"Según el historiador Piedrahita, los primeros pueblos que visitaron los referidos conquistadores españoles, fueron los de Servitá, Cácota y Cota, cuyos moradores huyeron a los montes cuando prescindieron la proximidad de los europeos. Sirvió esta zona de base para la dominación de toda la comarca, lo que se logró en poco tiempo, debido a la escasa y débil resistencia que opusieron los nativos"
Cumplido el ritual de la fundación el escribano de la expedición, don Juan Padillo, dio fe y testimonio del hecho y protocolizó el acta de tal jornada. Siguiendo los procedimientos de la época, primero se repartieron los solares de la ciudad recién fundada y después se repartieron las tierras circundantes y se encomendaron los indios.
"En 1547, el teniente gobernador de Tunja Ortún Velazco recibió autorización para explorar los tierras al norte. Dos años más tarde, con el conocimiento y la experiencia adquiridos, fue por las minas de oro en territorio de los Guanes. Pedro de Ursúa retomó el mando de toda la expedición y llevó a los españoles por la zona de Málaga hasta el valle del río Zulia, y en los alrededores, que estaban bastante poblados, en noviembre de 1549, fundaron Pamplona. Ciento treinta y seis españoles se establecieron allí, ya que la numerosa población aseguraba tributos y mano de obra. Años más tarde, con el hallazgo de minas de oro, la ciudad se convertiría en un centro urbano importante en la colonia"
Según Bolivar Grimaldos , antes citado, “Ursúa permaneció en la ciudad un año, dirigiendo la construcción de la iglesia, repartiendo solares y encomiendas entre los soldados españoles que lo acompañaban y explorando la región en busca de las minas de oro. Amante de las aventuras, sintió que desperdiciaba su juventud en aquellas empresas, dejó de gobernador a Ortún Velasco y regresó a Santafé a solicitar nuevas expediciones guerreras en las que pudiera conseguir victorias. En el Perú durante una expedición para encontrar El Dorado por el río Marañón fue asesinado por varios de sus acompañantes expedicionarios junto con su amante Inés de Atienza”.
Los primeros pobladores de Pamplona se constituyeron en pequeños núcleos de exploración que poco a poco iban reconociendo los bosques y los ríos y comenzaban a construir las primeras y rudimentarias vías de comunicación, de donde saldrían fundadores de nuevas ciudades lo cual concedió a Pamplona una importancia geopolítica destacada durante el tiempo que duró la dominación colonial de España.
Ortun Velazco asumió el liderazgo de la expedición y contrató expertos para buscar minas de oro. Al encontrarlas en 1551, aprovechó las poblaciones recién sometidas para explotarlas. Cuando la zona fue ocupada junto a Pedro de Ursúa en 1549, redujeron a los primitivos pobladores al régimen de encomiendas. Alrededor de 100 grupos o capitanejos fueron repartidos en 53 encomiendas por todo el territorio .
"Pamplona fue una de las fundaciones más estables y estratégicas del siglo XVI. EL clima agradable, la posibilidad del cultivo del trigo, indispensable para aquellos europeos recién desarraigados, la riqueza de aguas y de pastos... además hubo oro y en tal abundancia, que la suntuosidad y exageración alegre de los gastos, dieron a la ciudad el nombre de “PAMPLONILLA LA LOCA" se llamaba así por el espíritu alegre que reinaba en todo, por el lujo y hasta el derroche que en todo se veía.
El 3 de Agosto de 1555 la recién fundada villa obtuvo de la Corona Española el título de ciudad “NUEVA PAMPLONA DE INDIAS" fue en la época colonial la tercera gran ciudad del oriente del Virreinato de la Nueva Granada (las dos primeras eran Santa fe y Tunja) y por su importancia como puerta de entrada el reino de las rutas comerciales de Maracaibo y Mérida, superaba a Tunja.
Esta ventaja comparativa sumada al creciente desarrollo agrícola fortalecido por la Encomienda, institución socioeconómica de gran desarrollo en la provincia durante la época colonial, convirtieron a Pamplona en uno de los territorios más ricos de la Colonia en productos agrícolas, y sólo admitía competencia con la provincia del Socorro.
"En 1559, diez años después de descubierta la región, vivían aquí varios miles de naturales, los cuales estaban repartidos entre cuarenta y cinco encomenderos los viejos soldados españoles que allí habían llegado en 1549 a la sazón establecidos definitivamente en aquellas ricas y prometedoras tierras” Además en su círculo económico se encontraban las minas de la Montuosa y Vetas de cuyo oro explotado a fondo durante el siglo XVII se reportaron ingresos cuantiosos.
Durante la Conquista y la Colonia Pamplona tuvo prosperidad como punto de partida para nuevas colonizaciones y fundaciones, como centro de acopio de la producción minera y agrícola, centro de intercambio comercial y centro político administrativo de la corona española.
Ambrosio Alfinger tras sus recorridos desde Coro, el cabo de la vela y Valledupar, dice Rafael Bolívar Grimaldos “prosiguió su conquista hacia la región minera de Vetas. En la meseta de Caracoles, cerca a la Laguna de San Mateo en territorios actuales de Bucaramanga, existía el asentamiento Guane más numeroso de la región, con más de dos mil habitantes. El campamento de Cantabria de aquella época, construido en tierras no peligrosas y de clima favorable, se constituyó en el poblado que dio origen al municipio de Lebrija.
En 1531, después de algunos días de recuperación, quienes decidieron continuar, encontraron y saquearon las ricas minas indígenas de Vetas y sus alrededores. Luego empezaron a bajar a climas más benignos, siguiendo los márgenes del río Pamplona. Los naturales abandonaban sus caseríos y huían, otros les atacaban por diferentes partes y les hostilizaban sin cesar. Al llegar a las vegas y llanuras fértiles de Chinácota, indígenas más denodados que los que habían encontrado hasta entonces, le hicieron una resistencia imponente. El baquiano Esteban Martín resultó levemente herido y Alfinger con una flecha envenenada en la garganta cayó moribundo al suelo. Murió al tercer día y lo enterraron en un vecino valle que conserva el nombre de Míster Ambrosio.
Hay quienes creen que fue muerto por sus propios compañeros, que estaban hartos de sangre y de injusticias, y ambiciosos de repartirse el considerable botín que habían saqueado. Solo algunos pocos expedicionarios continuaron su marcha de regreso a Venezuela. Después de haber nombrado Capitán y guía a Esteban Martín.
No es descabellada la hipótesis de que el origen de abundantes indios rubios en territorios santandereanos se deba a los tres grupos de alemanes españolizados que abandonaron la expedición conquistadora de Ambrosio Alfinger. El primer grupo con el tesoro saqueado a los indios del bajo Magdalena, antes de iniciar el ascenso hacia la región minera de Vetas. El segundo grupo de quienes decidieron no proseguir con Alfinger y asentarse en el rancherío de Cantabria. Y el tercer grupo el de aquellos que después de asesinar a Ambrosio Alfinger se repartieron el botín de oro saqueado en la región minera de Vetas y nunca regresaron a Coro Venezuela”
En 1549 se llevó a cabo la expedición definitiva que culminó con la fundación de Pamplona el 1o de noviembre, por el capitán Pedro de Ursúa, quien junto con su compañero y sucesor Ortún Velasco de Velázquez, al mando de 136 soldados, se dirigió al valle de los indios Chitareros para conquistarlos, por orden del visitador regio Don Miguel Díaz de Armendáriz.
Según Aguado, Ortún Velasco salió hacia el mes de agosto con el empeño de conquistar y poblar la Sierra Nevada que está a la vista de la ciudad de Tunja. Casi inmediatamente fue la partida de Pedro de Ursúa, y los dos grupos expedicionarios se unieron bajo el comando de Ursúa, después de haber recorrido las tierras de Sogamoso y la provincia ocupada por los indios Laches.
"La expedición fundadora de Pamplona estuvo dividida en dos partes y salió de Tunja y Santa fe a principios del año de 1549. Sus jefes fueron los ilustres capitanes Ortún Velázquez de Velasco (sic), natural de la ciudad de Cuéllar, y Pedro de Ursúa, navarro. La comisión había sido dada a Velázquez quien era entonces vecino y encomendero de Tunja, pero cuando iba ya adelantado, el Gobernador Armendáriz dio nuevos poderes a su sobrino Ursúa. El experimentado Velázquez no tuvo reparo en ponerse bajo las banderas de Ursúa, y finalmente el día de todos los santos de 1549 fundaron a Pamplona, bautizada así en recuerdo de la capital de Navarra" ( ). En efecto, el capitán Pedro de Ursúa había nacido en el año de 1525 de Arizcun (Navarra) en el llamado Valle del Baztán y no lejos de Pamplona.
El sitio escogido por los conquistadores ibéricos para la fundación de la nueva ciudad fue el mismo donde hoy se encuentra la ciudad de Pamplona, un pequeño valle rodeado de altas colinas, al que denominaron del Espíritu Santo, asiento principal de los indios Chitareros.
"Según el historiador Piedrahita, los primeros pueblos que visitaron los referidos conquistadores españoles, fueron los de Servitá, Cácota y Cota, cuyos moradores huyeron a los montes cuando prescindieron la proximidad de los europeos. Sirvió esta zona de base para la dominación de toda la comarca, lo que se logró en poco tiempo, debido a la escasa y débil resistencia que opusieron los nativos"
Cumplido el ritual de la fundación el escribano de la expedición, don Juan Padillo, dio fe y testimonio del hecho y protocolizó el acta de tal jornada. Siguiendo los procedimientos de la época, primero se repartieron los solares de la ciudad recién fundada y después se repartieron las tierras circundantes y se encomendaron los indios.
"En 1547, el teniente gobernador de Tunja Ortún Velazco recibió autorización para explorar los tierras al norte. Dos años más tarde, con el conocimiento y la experiencia adquiridos, fue por las minas de oro en territorio de los Guanes. Pedro de Ursúa retomó el mando de toda la expedición y llevó a los españoles por la zona de Málaga hasta el valle del río Zulia, y en los alrededores, que estaban bastante poblados, en noviembre de 1549, fundaron Pamplona. Ciento treinta y seis españoles se establecieron allí, ya que la numerosa población aseguraba tributos y mano de obra. Años más tarde, con el hallazgo de minas de oro, la ciudad se convertiría en un centro urbano importante en la colonia"
Según Bolivar Grimaldos , antes citado, “Ursúa permaneció en la ciudad un año, dirigiendo la construcción de la iglesia, repartiendo solares y encomiendas entre los soldados españoles que lo acompañaban y explorando la región en busca de las minas de oro. Amante de las aventuras, sintió que desperdiciaba su juventud en aquellas empresas, dejó de gobernador a Ortún Velasco y regresó a Santafé a solicitar nuevas expediciones guerreras en las que pudiera conseguir victorias. En el Perú durante una expedición para encontrar El Dorado por el río Marañón fue asesinado por varios de sus acompañantes expedicionarios junto con su amante Inés de Atienza”.
Los primeros pobladores de Pamplona se constituyeron en pequeños núcleos de exploración que poco a poco iban reconociendo los bosques y los ríos y comenzaban a construir las primeras y rudimentarias vías de comunicación, de donde saldrían fundadores de nuevas ciudades lo cual concedió a Pamplona una importancia geopolítica destacada durante el tiempo que duró la dominación colonial de España.
Ortun Velazco asumió el liderazgo de la expedición y contrató expertos para buscar minas de oro. Al encontrarlas en 1551, aprovechó las poblaciones recién sometidas para explotarlas. Cuando la zona fue ocupada junto a Pedro de Ursúa en 1549, redujeron a los primitivos pobladores al régimen de encomiendas. Alrededor de 100 grupos o capitanejos fueron repartidos en 53 encomiendas por todo el territorio .
"Pamplona fue una de las fundaciones más estables y estratégicas del siglo XVI. EL clima agradable, la posibilidad del cultivo del trigo, indispensable para aquellos europeos recién desarraigados, la riqueza de aguas y de pastos... además hubo oro y en tal abundancia, que la suntuosidad y exageración alegre de los gastos, dieron a la ciudad el nombre de “PAMPLONILLA LA LOCA" se llamaba así por el espíritu alegre que reinaba en todo, por el lujo y hasta el derroche que en todo se veía.
El 3 de Agosto de 1555 la recién fundada villa obtuvo de la Corona Española el título de ciudad “NUEVA PAMPLONA DE INDIAS" fue en la época colonial la tercera gran ciudad del oriente del Virreinato de la Nueva Granada (las dos primeras eran Santa fe y Tunja) y por su importancia como puerta de entrada el reino de las rutas comerciales de Maracaibo y Mérida, superaba a Tunja.
Esta ventaja comparativa sumada al creciente desarrollo agrícola fortalecido por la Encomienda, institución socioeconómica de gran desarrollo en la provincia durante la época colonial, convirtieron a Pamplona en uno de los territorios más ricos de la Colonia en productos agrícolas, y sólo admitía competencia con la provincia del Socorro.
"En 1559, diez años después de descubierta la región, vivían aquí varios miles de naturales, los cuales estaban repartidos entre cuarenta y cinco encomenderos los viejos soldados españoles que allí habían llegado en 1549 a la sazón establecidos definitivamente en aquellas ricas y prometedoras tierras” Además en su círculo económico se encontraban las minas de la Montuosa y Vetas de cuyo oro explotado a fondo durante el siglo XVII se reportaron ingresos cuantiosos.
Durante la Conquista y la Colonia Pamplona tuvo prosperidad como punto de partida para nuevas colonizaciones y fundaciones, como centro de acopio de la producción minera y agrícola, centro de intercambio comercial y centro político administrativo de la corona española.
jueves, 30 de junio de 2011
MITOS Y REALIDADES EN LA INDEPENDENCIA DE PAMPLONA
MITOS Y REALIDADES EN LA INDEPENDENCIA DE PAMPLONA
(Ensayo)
En el virreinato de la Nueva Granada al igual que en las demás colonias la independencia política en relación con la metrópoli española expresa un movimiento de las clases dirigentes criollas en procura de mayor libertad comercial y de romper la hegemonía política impuesta por las autoridades peninsulares, en medio de la creciente e irreversible crisis de la corona española invadida por Napoleón Bonaparte y el cautiverio del rey Fernando VII.
Durante la segunda mitad del siglo XVIII y tres primeras décadas del siglo XIX hizo crisis el sistema colonial europeo y surgió en las colonias un movimiento anticolonialista y de liberación. Las colonias hispanoamericanas se opusieron a la dependencia colonial impuesta durante más de tres siglos por la metrópoli española, que por la época sufría los efectos de la invasión napoleónica y la pérdida de la hegemonía comercial a manos de Inglaterra.
Alimentados por las ideas de la ilustración y el enciclopedismo francés las clases dominantes criollas (españoles nacidos en América con amplio poder económico en las diferentes provincias) produjeron una modificación de las ideas e instituciones vigentes a través de un proceso político mediante el cual se trasladó el poder de manos del Virrey, representante y defensor de los intereses de la Corona y de los españoles peninsulares en tierras americanas, a una Junta de Gobierno que permitía a los criollos satisfacer sus demandas de acceso a los cargos administrativos y al ejercicio del poder político en el antiguo virreinato de la Nueva Granada.
La tradición popular trasmitida oralmente y ahora difundida en los modernos medios de comunicación dice que el cuatro de julio de 1810 en la Plaza principal de Pamplona la señora MariaAgueda Gallardo de Villamizar discutió con el corregidor Juan Bastus y le quito el bastón de mando. De inmediato el pueblo se arremolino, pusieron preso al gobernador y firmaron después el acta de la independencia.
Flor Delia Pulido y María Clara Valero, en la cartilla “Historia y Geografía de Pamplona” indican que según la versión popular de los hechos el 4 de julio, es decir, cinco días después de los hechos, se encontraron en la plaza principal Juan Bastús y María Águeda Gallardo, quienes entablaron una acalorada conversación y ante las insolentes palabras del mandatario, la aguerrida dama arrebato el bastón de mando que sostenía el corregidor Bastus en su mano.
Es claro que el intemperante gobernador Juan Bastús desde cuando llego a la ciudad había pretendido reformar las costumbres de los habitantes la provincia, prohibiendo hasta el uso de la ruana, por considerarla antihigiénica y sucia. Pero llego al extremo de indisponer a la población reunida en la plaza cuando se aprestaba a celebrar la fiesta de su patrono San Pedro y ordenó cancelarla.
Las citadas Pulido y Valero narran que la noche del 29 de junio de 1819, fecha en que se celebraba la fiesta de San Pedro, patrono de una de las cofradías de la ciudad, y cuyo festejo con música en la plaza principal era encabezado por María Águeda Gallardo Guerrero, el cual fue disuelto por orden del Corregidor, quien argumentó que no le habían solicitado permiso para el acto.
Al día siguiente, la noticia era que Bastús y Faya, mediante decreto, pretendían calificar de asonada el suceso de la noche anterior, involucrando a doña María Águeda como culpable y por consiguiente, mandándola a apresar e incautar sus bienes.
Al respecto Monseñor Acosta señala que:“El grito de independencia de Pamplona del 4 de julio de 1810, se gesta en la discrepancia que tuvo doña Agueda Gallardo de Villamizar con el gobernador Bastus, el 28 de junio vísperas de San Pedro, de cuya fiesta era prioste aquel año, por haber prohibido este los festejos que se acostumbraba, lesionado con ello la piedad y la ciudad”
En efecto, con motivo de la celebración de las fiestas de San Pedro, patrono de la ciudad, se produjo un incidente entre el corregidor Juan Bastus y la Señora María Agueda Gallardo de Villamizar, a quien se le impidió sacar la procesión y llevar a cabo los festejos previstos para tal celebración el día 29 de junio. Fue entonces cuando doña Águeda le arrebató el bastón al Gobernador y lo tiró al suelo.Por lo tanto, Pamplona lanza el 4 de julio de 1810 (anterior a Santa fe) su grito de desconocimiento a las autoridades españolas, como un desarrollo de los incidentes vividos durante las fiestas de San Pedro.
El cuatro de Julio un tumulto estalló mientras el corregidor "Bastús se paseaba por la plaza principal cuando fue detenido por Don Ramón Carrizosa, feligrés de la parroquia de la Concepción, que le daba quejas contra Joaquín Villamizar Araque, de quien suponía haber recibido graves injurias. Como Bastús lo rechazara ásperamente diciéndole que concurriera a su despacho (este era el momento concertado) Joaquinito hizo señas con su sombrero y su capa y entonces salió precipitadamente de las tiendas y ángulos de la plaza una multitud de gente del pueblo y algunos notables que se hallaban prevenidos. Villamizar y Carrizosa se abalanzaron sobre Bastús y al mismo tiempo lo atacan don Francisco Cana!, yerno de la señora Agueda Gallardo y don Pedro María Peralta quienes apresaron al Gobernador y lopasearon en triunfo antes de encerrarlo en las piezas altas de la Casa del Cabildo"
El corregidor intentó en vano invocar el auxilio del pueblo en nombre del monarca español, pero los pamploneses conocedores de los excesos cometidos por los españoles en América durante la ya larga dominación y explotación colonial y, resentidos por los insultos proferidos por Bastús, corrieron a reunirse con los conspiradores. El paso siguiente de los sublevados fue la creación de una Junta Popular.
"El plan había tenido el éxito previsto y esperando. Los notables pamploneses habían logrado triunfar en sus empeños para deponer a Bastús. El pueblo sehabía identificado y respaldo la actuación de los notables ahora restaba darle desarrollo a la parte política más importante como era la de reasumir por algo o por alguien la autoridad. Por los caminos salieron emisarios de la revolución a dar la noticia de los hechos que acababan de suceder en la Plaza Mayor de Pamplona y propagaron en rápida acción la voz del feliz suceso y la razón que bajaran a reunirse en Pamplona".
Pero no todo estaba concluido. "La verdadera fecha clásica de la independencia de Pamplona fue el 31 de julio, porque en esa memorable noche se reunieron los habitantes de la ciudad para la proclamación. El Acta de la Independencia fue dictada a la usanza de las que se firmaron en otras ciudades del Nuevo Reino. La Junta de Pamplona invitó a las poblaciones del antiguo corregimiento a enviar su representación a una Asamblea que debía reunirse en la capital de la provincia con el objeto de elegir el Diputado representante de la Provincia al Congreso General del Reino” .Esta asamblea se instaló el 17 de noviembre de 1810.
En el Acta de la Independencia de Pamplona firmada por más de cien personas se ponía de manifiesto la conservación de nuestra santa religión, obediencia al legitimo monarca Fernando VII, adhesión a la justa causa de toda la Nación v absoluta independencia de esta parte de las Américas de todo yugo extranjero. En dicho documento se lee: “Y habiéndoseles recibido juramento a cada uno de ellos sobre los mismos puntos interesantes que arriba se han expresado y principalmente sobre la conservación de nuestra santa religión, obediencia a nuestro legítimo Monarca el señor don Fernando VII, adhesión a la justa causa de toda la Nación y absoluta independencia de esta parte de las Américas de todo yugo extranjero; todo el público añadió, a presencia de la respetable imagen de nuestro Soberano, el mismo solemne juramento y prestó la más ilimitada subordinación a la Junta que acaba de erigir” .
Como dice el notable historiador pamplonés Rafael E. Ángel: "Aquella tarde del 4 de julio de 1810 se daba para los pamploneses iniciación al fin de un imperio político y económico pero se abría la compuerta para el reemplazo...". Es asi como a la independencia política del Nuevo Reino de Granada, siguió una época de mayor dominio económico por parte de Inglaterra que se configuraba como la gran potencia imperialista del siglo XIX.
“De todas maneras el 4 de julio de 1810 en Pamplona fue el principio de una carrera que no está concluida. Se Marco un hito en el largo proceso de un pueblo. Se levantó una raza a imprimir una huella en el curso de la historia. Se identificó el pueblopara seguir unos dirigentes hacia algo pero sin saber con claridad cómo ni hacia donde”
A modo de conclusión preliminar vale señalar que no fue sino hasta 1810 cuando la elite intelectual criolla alimentada por las ideas de la ilustración francesa cuestiono la dominación política y ante el vacío de poder que se vivía en España por la invasión napoleónica, lanzo el grito de desconocimiento a las autoridades españoles gobernantes en América, juró fidelidad al rey Fernando VII y declaro la independencia política del virreinato de la Nueva Granada.
Según la investigación realizada en Pamplona los hechos siguieron este hilo conductor:
Junio 29 de 1810: La prohibición de Bastus para que no se celebrara la fiesta de San Pedro genero el enfrentamiento de Agueda Gallardo con el gobernante español.
Julio 4 de 1810: Las clases altas pamplonesas planearon y llevaron a cabo un motín contra Bastus el día 4 de julio, lo destituyeron y convocaron una junta de gobierno.
Julio 31 de 1810: Se firmó la hoy llamada Acta de la Independencia donde se jura fidelidad a Fernando VII y rechazoa todo dominio extranjero
El papel de Agueda Gallardo sería el de la precursora de un movimiento social y político que tuvo una motivación religiosa y llevo a cristalizar las aspiraciones de las elites pamplonesas en medio de la crisis en el sistema colonial español.
Finalmente, dice el Historiador Armando Martínez Garnica (2009) “En la ciudad de Pamplona se produjo, el 4 de julio de 1810, un motín que destituyo al corregidor Juan Bastus y Falla, un catalán que desde 1808 había reemplazado en este empleo al tunjano José Joaquín Camacho, gracias a un titulo despachado por el rey que frustro también las aspiraciones de un benemérito pamplonés, don Juan Nepomuceno Alvarez y Casal, yerno de la importante matrona doña Agueda Gallardo de Villamizar (1751-1840)…
… Los “motores” de este movimiento fueron, además de esta viuda, su yerno (Francisco Canal), su hijo (Joaquín Villamizar) y su hermano Rafael Emigdio Gallardo, Rafael Valencia, José Gabriel Peña, RamonCarrizosa, Manuel Silvestre (oficial de la Real Caja), Manuel Mendoza, Pedro María Peralta, el doctor Escobar (Párroco de Málaga) y el doctor francisco Soto.
El temor ante la causa que Bastus había abierto el 30 de junio anterior contra doña Agueda Gallardo unía a todos los benemeritos que antes rivalizaban entre si…
… Las funciones del corregidor fueron depositadas en el cabildo y en algunos beneméritos y eclesiásticos que “reasumieron provisionalmente la autoridad provincial”, pero el acta que formalizo la Junta Provincial solo fue firmada el 31 de julio siguiente en un Cabildo Abierto que fue convocado para dar respuesta a la posibilidad de establecer en Santa Fé una Confederación General…
(Ensayo)
En el virreinato de la Nueva Granada al igual que en las demás colonias la independencia política en relación con la metrópoli española expresa un movimiento de las clases dirigentes criollas en procura de mayor libertad comercial y de romper la hegemonía política impuesta por las autoridades peninsulares, en medio de la creciente e irreversible crisis de la corona española invadida por Napoleón Bonaparte y el cautiverio del rey Fernando VII.
Durante la segunda mitad del siglo XVIII y tres primeras décadas del siglo XIX hizo crisis el sistema colonial europeo y surgió en las colonias un movimiento anticolonialista y de liberación. Las colonias hispanoamericanas se opusieron a la dependencia colonial impuesta durante más de tres siglos por la metrópoli española, que por la época sufría los efectos de la invasión napoleónica y la pérdida de la hegemonía comercial a manos de Inglaterra.
Alimentados por las ideas de la ilustración y el enciclopedismo francés las clases dominantes criollas (españoles nacidos en América con amplio poder económico en las diferentes provincias) produjeron una modificación de las ideas e instituciones vigentes a través de un proceso político mediante el cual se trasladó el poder de manos del Virrey, representante y defensor de los intereses de la Corona y de los españoles peninsulares en tierras americanas, a una Junta de Gobierno que permitía a los criollos satisfacer sus demandas de acceso a los cargos administrativos y al ejercicio del poder político en el antiguo virreinato de la Nueva Granada.
La tradición popular trasmitida oralmente y ahora difundida en los modernos medios de comunicación dice que el cuatro de julio de 1810 en la Plaza principal de Pamplona la señora MariaAgueda Gallardo de Villamizar discutió con el corregidor Juan Bastus y le quito el bastón de mando. De inmediato el pueblo se arremolino, pusieron preso al gobernador y firmaron después el acta de la independencia.
Flor Delia Pulido y María Clara Valero, en la cartilla “Historia y Geografía de Pamplona” indican que según la versión popular de los hechos el 4 de julio, es decir, cinco días después de los hechos, se encontraron en la plaza principal Juan Bastús y María Águeda Gallardo, quienes entablaron una acalorada conversación y ante las insolentes palabras del mandatario, la aguerrida dama arrebato el bastón de mando que sostenía el corregidor Bastus en su mano.
Es claro que el intemperante gobernador Juan Bastús desde cuando llego a la ciudad había pretendido reformar las costumbres de los habitantes la provincia, prohibiendo hasta el uso de la ruana, por considerarla antihigiénica y sucia. Pero llego al extremo de indisponer a la población reunida en la plaza cuando se aprestaba a celebrar la fiesta de su patrono San Pedro y ordenó cancelarla.
Las citadas Pulido y Valero narran que la noche del 29 de junio de 1819, fecha en que se celebraba la fiesta de San Pedro, patrono de una de las cofradías de la ciudad, y cuyo festejo con música en la plaza principal era encabezado por María Águeda Gallardo Guerrero, el cual fue disuelto por orden del Corregidor, quien argumentó que no le habían solicitado permiso para el acto.
Al día siguiente, la noticia era que Bastús y Faya, mediante decreto, pretendían calificar de asonada el suceso de la noche anterior, involucrando a doña María Águeda como culpable y por consiguiente, mandándola a apresar e incautar sus bienes.
Al respecto Monseñor Acosta señala que:“El grito de independencia de Pamplona del 4 de julio de 1810, se gesta en la discrepancia que tuvo doña Agueda Gallardo de Villamizar con el gobernador Bastus, el 28 de junio vísperas de San Pedro, de cuya fiesta era prioste aquel año, por haber prohibido este los festejos que se acostumbraba, lesionado con ello la piedad y la ciudad”
En efecto, con motivo de la celebración de las fiestas de San Pedro, patrono de la ciudad, se produjo un incidente entre el corregidor Juan Bastus y la Señora María Agueda Gallardo de Villamizar, a quien se le impidió sacar la procesión y llevar a cabo los festejos previstos para tal celebración el día 29 de junio. Fue entonces cuando doña Águeda le arrebató el bastón al Gobernador y lo tiró al suelo.Por lo tanto, Pamplona lanza el 4 de julio de 1810 (anterior a Santa fe) su grito de desconocimiento a las autoridades españolas, como un desarrollo de los incidentes vividos durante las fiestas de San Pedro.
El cuatro de Julio un tumulto estalló mientras el corregidor "Bastús se paseaba por la plaza principal cuando fue detenido por Don Ramón Carrizosa, feligrés de la parroquia de la Concepción, que le daba quejas contra Joaquín Villamizar Araque, de quien suponía haber recibido graves injurias. Como Bastús lo rechazara ásperamente diciéndole que concurriera a su despacho (este era el momento concertado) Joaquinito hizo señas con su sombrero y su capa y entonces salió precipitadamente de las tiendas y ángulos de la plaza una multitud de gente del pueblo y algunos notables que se hallaban prevenidos. Villamizar y Carrizosa se abalanzaron sobre Bastús y al mismo tiempo lo atacan don Francisco Cana!, yerno de la señora Agueda Gallardo y don Pedro María Peralta quienes apresaron al Gobernador y lopasearon en triunfo antes de encerrarlo en las piezas altas de la Casa del Cabildo"
El corregidor intentó en vano invocar el auxilio del pueblo en nombre del monarca español, pero los pamploneses conocedores de los excesos cometidos por los españoles en América durante la ya larga dominación y explotación colonial y, resentidos por los insultos proferidos por Bastús, corrieron a reunirse con los conspiradores. El paso siguiente de los sublevados fue la creación de una Junta Popular.
"El plan había tenido el éxito previsto y esperando. Los notables pamploneses habían logrado triunfar en sus empeños para deponer a Bastús. El pueblo sehabía identificado y respaldo la actuación de los notables ahora restaba darle desarrollo a la parte política más importante como era la de reasumir por algo o por alguien la autoridad. Por los caminos salieron emisarios de la revolución a dar la noticia de los hechos que acababan de suceder en la Plaza Mayor de Pamplona y propagaron en rápida acción la voz del feliz suceso y la razón que bajaran a reunirse en Pamplona".
Pero no todo estaba concluido. "La verdadera fecha clásica de la independencia de Pamplona fue el 31 de julio, porque en esa memorable noche se reunieron los habitantes de la ciudad para la proclamación. El Acta de la Independencia fue dictada a la usanza de las que se firmaron en otras ciudades del Nuevo Reino. La Junta de Pamplona invitó a las poblaciones del antiguo corregimiento a enviar su representación a una Asamblea que debía reunirse en la capital de la provincia con el objeto de elegir el Diputado representante de la Provincia al Congreso General del Reino” .Esta asamblea se instaló el 17 de noviembre de 1810.
En el Acta de la Independencia de Pamplona firmada por más de cien personas se ponía de manifiesto la conservación de nuestra santa religión, obediencia al legitimo monarca Fernando VII, adhesión a la justa causa de toda la Nación v absoluta independencia de esta parte de las Américas de todo yugo extranjero. En dicho documento se lee: “Y habiéndoseles recibido juramento a cada uno de ellos sobre los mismos puntos interesantes que arriba se han expresado y principalmente sobre la conservación de nuestra santa religión, obediencia a nuestro legítimo Monarca el señor don Fernando VII, adhesión a la justa causa de toda la Nación y absoluta independencia de esta parte de las Américas de todo yugo extranjero; todo el público añadió, a presencia de la respetable imagen de nuestro Soberano, el mismo solemne juramento y prestó la más ilimitada subordinación a la Junta que acaba de erigir” .
Como dice el notable historiador pamplonés Rafael E. Ángel: "Aquella tarde del 4 de julio de 1810 se daba para los pamploneses iniciación al fin de un imperio político y económico pero se abría la compuerta para el reemplazo...". Es asi como a la independencia política del Nuevo Reino de Granada, siguió una época de mayor dominio económico por parte de Inglaterra que se configuraba como la gran potencia imperialista del siglo XIX.
“De todas maneras el 4 de julio de 1810 en Pamplona fue el principio de una carrera que no está concluida. Se Marco un hito en el largo proceso de un pueblo. Se levantó una raza a imprimir una huella en el curso de la historia. Se identificó el pueblopara seguir unos dirigentes hacia algo pero sin saber con claridad cómo ni hacia donde”
A modo de conclusión preliminar vale señalar que no fue sino hasta 1810 cuando la elite intelectual criolla alimentada por las ideas de la ilustración francesa cuestiono la dominación política y ante el vacío de poder que se vivía en España por la invasión napoleónica, lanzo el grito de desconocimiento a las autoridades españoles gobernantes en América, juró fidelidad al rey Fernando VII y declaro la independencia política del virreinato de la Nueva Granada.
Según la investigación realizada en Pamplona los hechos siguieron este hilo conductor:
Junio 29 de 1810: La prohibición de Bastus para que no se celebrara la fiesta de San Pedro genero el enfrentamiento de Agueda Gallardo con el gobernante español.
Julio 4 de 1810: Las clases altas pamplonesas planearon y llevaron a cabo un motín contra Bastus el día 4 de julio, lo destituyeron y convocaron una junta de gobierno.
Julio 31 de 1810: Se firmó la hoy llamada Acta de la Independencia donde se jura fidelidad a Fernando VII y rechazoa todo dominio extranjero
El papel de Agueda Gallardo sería el de la precursora de un movimiento social y político que tuvo una motivación religiosa y llevo a cristalizar las aspiraciones de las elites pamplonesas en medio de la crisis en el sistema colonial español.
Finalmente, dice el Historiador Armando Martínez Garnica (2009) “En la ciudad de Pamplona se produjo, el 4 de julio de 1810, un motín que destituyo al corregidor Juan Bastus y Falla, un catalán que desde 1808 había reemplazado en este empleo al tunjano José Joaquín Camacho, gracias a un titulo despachado por el rey que frustro también las aspiraciones de un benemérito pamplonés, don Juan Nepomuceno Alvarez y Casal, yerno de la importante matrona doña Agueda Gallardo de Villamizar (1751-1840)…
… Los “motores” de este movimiento fueron, además de esta viuda, su yerno (Francisco Canal), su hijo (Joaquín Villamizar) y su hermano Rafael Emigdio Gallardo, Rafael Valencia, José Gabriel Peña, RamonCarrizosa, Manuel Silvestre (oficial de la Real Caja), Manuel Mendoza, Pedro María Peralta, el doctor Escobar (Párroco de Málaga) y el doctor francisco Soto.
El temor ante la causa que Bastus había abierto el 30 de junio anterior contra doña Agueda Gallardo unía a todos los benemeritos que antes rivalizaban entre si…
… Las funciones del corregidor fueron depositadas en el cabildo y en algunos beneméritos y eclesiásticos que “reasumieron provisionalmente la autoridad provincial”, pero el acta que formalizo la Junta Provincial solo fue firmada el 31 de julio siguiente en un Cabildo Abierto que fue convocado para dar respuesta a la posibilidad de establecer en Santa Fé una Confederación General…
miércoles, 17 de febrero de 2010
HIMNO DE PAMPLONA
La ciudad de Pamplona debe tener profunda y eterna gratitud al historiador e inspirado poeta Don BELISARIO MATTOS HURTADO, quien dio a la ciudad la hermosa y patriótica letra de su himno, y, al consagrado artista y ciudadano Don CELESTINO VILLAMIZAR por el maravilloso presente de su canto marcial, que encierra en sus armónicas notas y versos las épicas hazañas de los pamploneses y el esperanzador momento de convertir en arados las espadas, para cultivar con ellos la paz anhelada por el indio, el español, el mestizo y el campesino que vive en cada uno de nosotros.
los versos del himno pamplones dicen asi:
NOBLE PUEBLO BLASON DE LA HISTORIA,
DE TUS HIJOS EL GESTO MARCIAL,
COSECHO MUCHOS LAUROS DE GLORIA
EN LA MAGNA EPOPEYA TRIUNFAL.
UNA DAMA DE LIMPIO LINAJE,
LAS CADENAS DEL YUGO QUEBRO,
Y EN LA NOCHE SIN FIND EL ULTRAJE
DE LOS LIBRES EL SOL ALUMBRO.
ESCUDO DE PAMPLONA
El Centro de Historia, bajo la dirección del Presbítero e historiador MANUEL GRILLO MARTINEZ en la portada del ejemplar No.5 de la Revista PAMPLONA (XI-1-1949) presenta el que se considera como escudo de la ciudad, con la explicación dada por Don FRANCISCO P. FERRER al signo heráldico de la capital Navarra: “En campo de azur un león rampante de plata coronado de oro, y por orla, una cadena de oro sobre fondo de gules”.
Como los escudos de la época medieval, de la cual data, se halla constituido por los blasones, el timbre, la bordura y el campo. He aquí la explicación a cada uno de los elementos heráldicos.
Como timbre lleva una corona de oro compuesta por flores de lis, tréboles y piedras preciosas, que identifican al reino de Navarra en la Península Ibérica.
La bordura está teñida de gules y sobre la misma lleva una cadena que rememora el triunfo de los pamploneses sobre el ejército moro de Miramolín en la batalla de Navas de Tolosa, comandados por Sancho “El Fuerte” en el año de 1.200.
El rojo gules significa que el escudo se ha teñido de sangre y las cadenas fueron asignadas como blasón al escudo por cuanto recuerdan las cadenas que resguardaban la tienda de Miramolín.
El león rampante coronado, que se halla sobre el campo azur, significa que los reyes de Navarra se deben posesionar en la Catedral de Santa María de Pamplona (España).
“por lo tanto, el elegante y castizo escudo de la ciudad es el mismo de Pamplona España, con la sola diferencia que en el de allá el león es rampante y en el de aquí es caminante o pasante. Este hermoso como significativo símbolo, consideran algunos, se lo concedió la Madre Patria a Nueva Pamplona cuando por Real Cédula, le confirió el título de ciudad”.
Admirable – señala Grillo Martínez – pero es por lo menos extraño, que nuestra ciudad tenga derecho a ostentar los mismos signos heráldicos de la ciudad española. Para la polémica o la investigación surge la pregunta del Centro de Historia con su Director a la cabeza: “Pamplona tuvo escudo de armas? Parece imposible que no lo hubiera habido, pues sobre tener títulos de ciudad por privilegio real de agosto de 1555, habría sido quimérico que no lo hubiera alcanzado, dada la riqueza fabulosa que derrochara Pamplonilla La Loca”.
Se plantea así la invitación a aquellos que se preocupan por la ciudad, por sus timbres y por su memoria histórica, para que busquen a toda costa los blasones propios de Nueva Pamplona en el Archivo de Indias o donde se encuentre
La universidad retomando la historia adoptó como símbolo el escudo de la ciudad, lo enmarcó en dos óvalos y en medio de ellos imprimió su nombre: UNIVERSIDAD DE PAMPLONA COLOMBIA. De igual modo, los colores rojo, blanco y amarillo de la bandera identifican a la máxima Institución de Educación Superior de Pamplona.
BANDERA DE PAMPLONA
La bandera de Pamplona fue ideada por el profesor LUIS FERNANDO VELANDIA y seleccionada mediante un plebiscito popular donde obtuvo la mayoría de votos sobre las varias que concursaron con ocasión del Sesquicentenario de la Independencia de Pamplona.
“Desde un principio esta bandera conquistó la simpatía de los electores por la belleza del diseño, en el que combinan gratamente los colores Rojo, Blanco y Amarillo, armónicamente realzados por el castizo escudo que señorea en el centro”.
Su creador, el profesor Velandia, explica con sus propias palabras el significado de la bandera de Pamplona.
“El rojo encendido simboliza el espíritu heroico y emprendedor de los esforzados fundadores de Pamplona y el valor indomeñable de sus preclaros hijos que han sabido sacrificarse en aras de la libertad y de la grandeza de la patria.
El blanco representa la augusta nobleza de Pamplona, ciudad que siempre se ha inspirado en los más puros ideales, ideales que ella –con unión sincera- coloca en los pies de la venerada mansedumbre del Cristo del Humilladero, imagen tutelar que vela por los destinos de Pamplona desde los albores de su existencia.
El blanco, que en heráldica significa también hospitalidad, expresa la cordial acogida en nuestra bella urbe a la juventud estudiosa que viene de diferentes comarcas a nutrirse en las fuentes inagotables de su sabiduría y de sus preclaras virtudes.
El escudo en el centro de la franja blanca y como ya se anotó es el mismo de Pamplona España, pero con la diferencia que el león del escudo de España es rampante y el nuestro está caminante o pasante.
El amarillo rememora la legendaria opulencia de “Pamplonilla la Loca” cuando los hidalgos y dadivosos obsequiaban aceitunas de oro macizo a sus invitados y cuando las cabalgaduras llevaban herraduras hechas con el precioso metal, según lo refieren veraces cronistas de aquellos añorados tiempos.
Hoy este amarillo simboliza los inapreciables tesoros de cultura y de aquilatada espiritualidad que dan a Pamplona el muy merecido y honroso título de “Atenas Nortesantandereana”.
Esta bandera fue adoptada oficialmente por Acuerdo del Honorable Concejo Municipal en 1960 y es la que ondea en casas y edificios públicos cuando Pamplona celebra sus fiestas patrias.
SIMBOLOS PATRIOS DE PAMPLONA
La bandera en franjas horizontales de color rojo, blanco y amarillo, con el escudo de la ciudad, el mismo de Pamplona capital de Navarra en España y el Himno compuesto por el historiador BELISARIO MATTOS HURTADO y musicalizado por el maestro CELESTINO VILLAMIZAR, se constituyen en los símbolos de la ciudad que identifican a Pamplona y reciben los honores correspondientes en los diferentes actos cívicos, deportivos y culturales que se realizan día a día.
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